lunes, 3 de marzo de 2014

Dos años

¡Buenísimos días! Este fin de semana tuvimos la boda de un amigo muy muy especial y mispequeñosastronautas eran pajes. No sabíamos si lo iban a querer hacer y tal como imaginábamos no salió como estaba previsto porque ellos son así, imprevisibles.

Mispequeñosastronautas son muy movidos y no temen a nada lo cual hace una mezcla totalmente explosiva.  Si ven una rampa por ahí tienen que bajar y normalmente rodando, si ven una escalera la tienen que subir. Cada estanteria es una cima que alcanzar, los armarios están demasiado ordenados para ellos y cada cosa que tengo en la manos es exactamente lo que ellos quieren. 

Esto hace que cada día tengamos un accidente, y pensareis, ¡exagerada! ¡cada día! Ya será menos... ¡Ojalá fuera menos! Y yo que no soy era especialmente valiente me estoy teniendo que hacer a la fuerza. 
Jorge lleva con sus dos años de vida cinco puntos en la legua, dos uñas caídas, la cabeza llena de chichones, la cara normalmente arañada por su hemano, las piernas llenas de moraduras... Lucas llevó un ojo morado quince días, un ojo que estuvo sin poder abrir un par de días de lo hinchado que lo tenía. Cuando no se cae de la moto y lleva un cuerno en la frente lleva el labio hinchado porque ha caído de morros. 

Ellos no pueden estarse quietos y cuando estoy con mis amigas es imposible enterarme de cualquier conversación porque estoy todo el rato detrás de ellos. Ir a un restaurante con ellos es de todo menos aburrido ya que ellos tienen que descubrirlo todo, incluso lo que hay debajo de la mesa de los de al lado. Y cuando estoy sacando a Jorge de debajo de la mesa de los de al lado y veo a su bebé sentadito en su silla la verdad es que tengo una serie de sentimientos encontrados.

Mi madre siempre me dice, ya verás como cuando cumplan dos años la cosa mejorará, empiezan a entender las cosas y ese ansia de querer descubrirlo todo se va calmando. Así que ya podéis imaginar las ganas que tenía de que cumplieran dos años. 

¡Y los dos años llegaron! El pasado sábado cumplieron los dos esperados años mipequeñaplagadelangostas. No es que las cosas hayan cambiado de forma radical pero ya noto un gran cambio. Noto que por lo menos entienden lo que les digo y que poco a poco empiezan a hacer caso.

Cuando soplaban las velas me daba cuenta  de que da igual que no puedan estarse quietos porque es síntoma de que son despiertos y valientes y que tengo la gran suerte de tenerlos.  Cada día cuando se despiertan me sonríen y me abrazan como si yo fuera lo más mejor del mundo.

Para mi también sois lo más mejor del mundo.


¡Felices dos años mispequeñosastronautas!