viernes, 31 de mayo de 2013

Os echo de más

Cada etapa que han pasado mispequeñosastronautas he pensado que era la mejor,  y sigo pensándolo, cada vez es mejor. Pero estamos en ese momento en el que no paran ni un segundo y parecen como dos huracanes que a veces se separan y a veces se unen para juntar fuerzas. Es ese preciso momento en el que no paran en estéreo, en el que miras hacia un lado y uno está subiendo a una estantería y miras hacia el otro y el otro está sacando todas las patatas de un armario de la cocina. Es la etapa que yo he denominado como Intensa.


El domingo pasado fuimos a comer a casa de mis padres y nada más llegar Jorge, antes incluso de que mis padres nos vieran, cogió una ranita que tenía mi madre de cerámica en la terraza y la golpeó contra el suelo: ijjjjjj ijjjjjj chillaba... La partió tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar, no me había quitado ni la chaqueta.

Lo siento mamá...-le dije- Tranquila, no pasa nada -me contestó- Lo que no sabía en ese momento era que sólo era el principio de un intenso domingo.

Pasaron la mañana investigando la casa, una casa que a diferencia de la mía en la que ya no hay casi muebles (sólo los imprescindibles) así que ni hablemos de objetos, tiene vida; tiene plantitas, figuritas, armarios que se pueden abrir... Una casa digamos que normal. 

Después de darles la comida a ellos y ver que no querían dormir la siesta ya que en esta casa había mucho que investigar decidimos comer nosotros y después intentaríamos otra vez que durmieran la siesta.

Nada más empezar a comer, el trillizo mayor, miarquitectopreferido, tiró una copa de vino llena y recién estrenadita (regalo del cumple de mi padre). Debido al alboroto, Lucas aprovechó el despiste y cogió el plato de clóchinas sin probar y lo lanzó al suelo. Fue un momento llamémosle Intenso

Como necesitábamos descansar tras la comida, nos empeñamos en que durmieran la siesta y tras pasarnos miarquitectopreferido y yo cada uno con uno a brazo con sus 11 kg bien prietos media hora lo conseguimos.

Tras hora y media de calma la pareja volvió al ataque y mientras uno abría un armario el otro tiraba al suelo una vinajera de cristal. En ese momento decidí que nos teníamos que ir.

Por la noche le mandé un whats a mi madre y le pregunté ilusa de mí: 
- Mami, ¿Nos echas de menos?
Y me contestó:
- ¡Os echo de más!


JAJAJA Normal ¿no? 

:)


¡Feliz finde!



Y recuerda que puedes seguirme en: