Al día siguiente de salir de la
visita de las siete semanas, como si os hubierais enterado de lo que pasó, empecé a encontrarme muy mal, era
como si me hubieran absorbido T O D A la energía unos extraterrestres y se
la hubieran llevado como combustible para sus naves espaciales.
Sólo podía estar durmiendo. Ese fin de semana nos fuimos al Mareny Blau y me lo pasé todo, literalmente todo, tumbada en el sofá durmiendo, no salí ni a ver el mar.
Sólo podía estar durmiendo. Ese fin de semana nos fuimos al Mareny Blau y me lo pasé todo, literalmente todo, tumbada en el sofá durmiendo, no salí ni a ver el mar.
Y después
de este fin de semana empezó la angustia (a pesar del famoso Cariban por la
mañana, a mediodía y por la noche), era ponerme en posición vertical e
ir corriendo a visitar a Roca. Me pasé el mes de Julio levántandome para ir a trabajar
(soy autónomo y un poco tonta) y al llegar al trabajo tener que
volverme a casa porque no podía estar sentada delante del ordenador. Y como
iba parando a (...) en todos los árboles de la calle que une nuestro despacho
con nuestra casa, vuestro padre, con gran paciencia, me acompañaba día tras día, trayecto de ida, trayecto de vuelta.
Menos mal que trabajamos a cinco minutos del despacho porque sin duda ese mes fue el menos fructífero tanto para mi como para él en el trabajo.
Menos mal que trabajamos a cinco minutos del despacho porque sin duda ese mes fue el menos fructífero tanto para mi como para él en el trabajo.
Así
fueron pasando muy lentamente las semanas hasta que llegó la décima semana de
embarazo. Y el dieciséis de Agosto del dos mil once fuimos a
visitar a nuestra "querida" ginecóloga. Y ese día fue el tercer día mas
bonito de mi vida (el primero cuando nacisteis y el segundo cuando me
casé). Os vi a los dos, ¡cada uno en su bolsita! flotando en mi entonces
aún pequeña barriga. Os vi como dos pequeños astronautas dando vueltas
en el espacio.
Segunda ecografía 16/08/2011 |
Allí os oímos latir fortísimo el corazón a los dos, ¡Que alegría! Uno estaba
de cara y hacia arriba y el otro estaba hacia abajo y de espaldas.
Seguro que el que estaba hacía abajo dándonos la espada eras tú, mi rebelde Jorgito.
Cuando
nos dijo que cada uno tenía "su casita" y que eso era muy bueno respiré profundamente. Cada uno teníais una bolsa pero parecía que compartíais placenta, así que en un principio erais monocoriales-biamnióticos, oséase, los gemelos idénticos de toda la
vida.
Entonces sí que entendí lo que me quería decir porque en ese momento ya era una experta en la materia.
Entonces sí que entendí lo que me quería decir porque en ese momento ya era una experta en la materia.
Qué bien sienta ser uno de los protagonistas de esta gran historia.
ResponderEliminarClaro, eres uno de mis trillizos! ;-)
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